Mañana dominguera en la que los señores Paco Lara, Pablo , Andrés y el listo que se viste de corto sin saber qué temperatura va a hacer, o sea yo, salen para aprovechar el día de bici. En principio la ruta planificada para la semana era ir hacia la zona de Peñas de San Pedro, pero la incorporación a última hora de Andrés y el rugir de su estómago nos ha hecho variar de opinión.
Pablo ha tenido que irse al poco de iniciar la ruta debido a un imprevisto familiar y aprovecho para dar ánimos a él y a los suyos. Lástima de este suceso ya que el día de hoy le hubiera servido de buen entrenamiento y preparación para su carrera del año, aunque por esto no te preocupes ya que hay carreras más importantes y esta la repiten todos los años. La llegada hasta el Villar de Chinchilla fue bastante rápida y entretenida. Una vez allí fuimos directos al bar, pedimos la típica ensalada de la casa (carne con ajos) de la que publico foto y de entrantes unos huevos con patatas y chuletas, todo esto regado con su botella de vino, la de gaseosa estaba encima de la mesa de adorno y la maricona de turno con su Coca Cola.
Hasta aquí la ruta bonita. Desde entonces cambió la cosa para mí. Empezando con el viento en contra (nos quedaban 40 km para Albacete) , poco a poco iba perdiendo fuelle hasta quedarme vacío y a unos 10 km de Albacete el viento terminó llevándose mis piernas, que no mi moral, llegando a Albacete a una velocidad en la que una abuela andando iría más rápido que yo.
Respecto a mis compañeros, Andrés como de costumbre volvió a dar una exhibición y se tragó todo el camino de regreso tirando en contra del huracán y Paco impecable a rueda ni se canteaba, mejorando bastante desde la última vez que coincidimos.